Descubre cómo evitar el sabotaje mental y alcanzar el éxito en la vida

La mente humana es una compleja maraña de pensamientos, emociones y percepciones que están constantemente en movimiento. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué a veces tomas decisiones que parecen no tener sentido o que van en contra de tus objetivos? La respuesta podría estar en la interacción entre tu mente consciente y tu mente inconsciente.

La mente consciente y la mente incosciente

La mente consciente es aquella parte de tu mente que está en pleno control de tus pensamientos, decisiones y acciones. Es la parte que te permite analizar situaciones, sopesar opciones y elegir el curso de acción más adecuado.

La mente inconsciente es la que se encarga de procesar información que no está directamente en tu conciencia, como tus recuerdos, creencias, valores y emociones. Esta parte de tu mente trabaja en segundo plano para asegurarse de que estés preparado para lidiar con situaciones difíciles y peligrosas. Sin embargo, también puede sabotear tus decisiones si no estás consciente de ella.

La mente consciente supone un 5% de la mente humana. Es la parte visible, la que controlamos. Por el contrario, la mente subconsciente supone un 95%. No la gestionamos de manera directa, sino que es la parte impulsiva de la mente humana. Esto se podría ver de manera visual cuando vemos un iceberg, en el cual la parte visible es mínima en comparación con todo lo que tiene bajo la superficie y que no vemos.

 

iceberg que separa la mente consciente de la mente inconsciente

3 aspectos claves de la Mente Consciente

1.No se desarrolla plenamente hasta pasada la adolescencia

Durante la infancia y la primera parte de la adolescencia, la mente consciente está en constante evolución y adquiere nuevas habilidades cognitivas y emocionales. A medida que crecemos, nuestra capacidad para razonar, reflexionar y tomar decisiones se fortalece gradualmente. Es en la etapa de la adultez temprana y la adultez media cuando la mente consciente alcanza su pleno potencial en términos de autorreflexión, toma de decisiones maduras y autoconciencia.

2.Empieza entre los 6 y 12 meses de edad

El inicio del desarrollo de la mente consciente comienza en los primeros meses de vida de un individuo. Aunque la mente consciente se encuentra en un estado incipiente durante esta etapa temprana, los bebés comienzan a desarrollar ciertas habilidades cognitivas y emocionales básicas. Entre los 6 y los 12 meses de edad, los bebés comienzan a ser conscientes de su entorno, reconocen a las personas cercanas y comienzan a mostrar una mayor intencionalidad en sus acciones. A medida que crecen, esta conciencia se amplía y se fortalece.

3.Tarda hasta los 20-25 años en estar formada

El desarrollo completo de la mente consciente es un proceso largo y gradual que se extiende hasta los 20-25 años de edad. Durante la adolescencia y la adultez emergente, la mente consciente continúa desarrollándose y refinándose. Los adolescentes experimentan cambios significativos en su pensamiento abstracto, capacidad de planificación y autorreflexión. A medida que avanzan hacia la adultez joven, continúan adquiriendo habilidades cognitivas y emocionales más sofisticadas, como la capacidad de tomar decisiones racionales, evaluar las consecuencias de sus acciones y desarrollar una mayor autoconciencia. Este proceso de formación de la mente consciente se ve influenciado por factores como la maduración cerebral, las experiencias vividas y las interacciones sociales.

Mente inconsciente: el 85% de nuestros pensamientos son negativos

El 85% de nuestros pensamientos son negativos porque la tendencia del cerebro es ir a lo negativo para que sobrevivas y estés atento. 

La mente inconsciente es un componente fundamental de nuestra psicología, que opera sin nuestro control consciente. A diferencia de la mente consciente, que se desarrolla desde los 6 meses de vida hasta la adolescencia, la mente inconsciente se caracteriza por su funcionamiento automático y su influencia en nuestros impulsos y comportamientos. Su principal objetivo es mantenernos a salvo, evitando el peligro y protegiéndonos de amenazas potenciales.

Una de las funciones esenciales de la mente inconsciente es salvaguardarnos mediante el uso del instinto y la intuición. Aunque muchas veces no somos conscientes de ello, nuestro inconsciente está constantemente evaluando el entorno y tomando decisiones rápidas basadas en experiencias pasadas y patrones establecidos. Esta capacidad nos permite reaccionar ante situaciones de peligro de forma automática y sin pensar conscientemente.

Conclusión final: educa a la mente

En conclusión, queda claro que la mente consciente y la mente inconsciente trabajan en conjunto, aunque a veces pueden surgir conflictos y contradicciones internas. Sin embargo, no debemos sentirnos prisioneros de nuestros propios pensamientos y patrones inconscientes. Tenemos la capacidad de educar a nuestra mente y cultivar una mayor conciencia de nuestros pensamientos, emociones y creencias.

Educar a la mente implica ser conscientes de nuestras tendencias negativas y desafiarlas activamente. Significa cuestionar las creencias limitantes arraigadas en el inconsciente y reemplazarlas por pensamientos más positivos y constructivos. Requiere prácticas como la meditación, la atención plena y el desarrollo de una mentalidad de crecimiento, donde estemos abiertos al cambio y a la exploración de nuevas perspectivas.

Al educar a nuestra mente, podemos liberarnos de los bloqueos y contradicciones internas que nos impiden alcanzar nuestro máximo potencial. Podemos cultivar una mentalidad resiliente y empoderada, capaz de superar los desafíos y adaptarse a las circunstancias cambiantes. A través de este proceso de educación mental, podemos vivir una vida más plena, consciente y en armonía con nuestras metas y valores más profundos.

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